
Se instalan en una casita de madera, a orillas del río, bordeada de exuberante naturaleza. Desde el primer instante la niña queda fascinada por la presencia de los carpincheros, a quienes ve pasar algunas noches de luna llena. La obsesión es tanta al punto de tornarla triste las noches que no los puede ver.
Los carpincheros simbolizan toda la libertad que no existía dentro del ingenio azucarero, donde los obreros eran explotados como esclavos, vivían oprimidos y sin esperanza de escapar de tal situación.
Una noche mágica, los carpincheros suben hasta la casa de Margareth en busca de auxilio para un herido. Es la noche que cumple su sueño, aprovecha la distracción de sus padres y huye con esos hombres misteriosos, pero libres. Aunque su madre queda sumida en la locura, ella obtuvo la más preciada cosa que un ser humano anhela: Libertad.